Mamá: Luiz, cómete los gnocchi con pulpo Luiz: Este pulpo no es real, ¿verdad? M: No L: No habla... ni tiene cabeza, ¿verdad? M: No tiene cabeza. Son sólo las patitas troceadas del pulpo L: Ah, ¿pero tiene la cabeza en el mar? M: Se ha quedado en la pescadería L: ¿El hombre lo troceó?...¿Así? M: Sí L: ¿Por qué? M: Para que podamos comerlo. Si no lo tendríamos que tragar entero L: Pero... ¿por qué? M: Para comerlo, cariño. Igual que trocean a las vacas, a los pollos... L: Ah...no, el pollo no. Nadie come pollo M: ¿Que nadie come pollo? L: No. Esos son animales. M: ¿De verdad? L: Sí M: Entonces come los gnocchi. Come las patatas L: Errr...sólo las patatas. Y sólo el arroz. M: Vale L: Los pulpos son animales. Todos ellos son animales. Los peces son animales. Los pollos son animales...las vacas son animales...los cerdos son animales... M: Sí L: Entonces...cuando comemos animales, ¡ellos mueren! M: Oh...pues sí L: ¿Por qué? M: Para comer, cariño L: Y... ¿por qué mueren? ¡No me gusta que ellos mueran! Me gusta que sigan de pie.
(La madre comienza a llorar)
M: Vale. Bien. Ya no los comeremos más, ¿vale? L: ¡Vale!......Estos animales...debemos cuidar de ellos...¡no comerlos! M: Tienes razón, hijo. Así que come el arroz y las patatas. L: Muy bien... ¿Por qué estás llorando? M: No estoy llorando... Estoy emocionada por ti L: Estoy haciendo algo hermoso M: Come....No hay necesidad de comerse al pulpo L: ¡Bien!