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| Enviado Domingo, 20 de Abril de 2003 - 08:19 pm: | |
De: Noticias Religiosas del Mundo www.wwrn.org wwrn@wwrn.org Los Hare Krishna ofrecen una alternativa en educación escolar por Avery Jonson (The Moscow Times, 15 de Abril de 2003) Es un día regular en el Gurukula Bhaktivedanta de Moscú. Los estudiantes se sientan con las piernas cruzadas en el piso de la cafetería, tienen túnicas hábilmente atadas alrededor de sus rodillas, balanceando recipientes humeantes de comida vegetariana. En el aire flotan lentas y suaves melodías de cimbálos y armonios provenientes del cuarto de oraciones adyacente, donde chicos del quinto grado están practicando canciones Bengalíes tradicionales. En las aulas, chicas de largas trenzas y chicos con las cabezas afeitadas y coletas de Shika se levantan saludando a los recién llegados. Sus manos se juntan en la posición de plegaria Pranam. El Gurukula Bhaktivedanta es una escuela rusa acreditada, pero ciertamente no es nada típica. La escuela toma su nombre de SDG AC Bhaktivedanta Swami Prabhupada, El fundador de la Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna, o ISKCON, una rama evangélica de la religión Hindú Hare Krishna. “La diferencia es que nosotros les enseñamos a los niños sobre espiritualidad y buen comportamiento desde el comienzo” dijo Sanjeet Kumar Jha, el mayor benefactor y presidente del directorio. ”Las escuelas en Rusia tienen problemas con las drogas, el alcohol y la violencia”, el dijo. “Nuestra escuela es una alternativa.” El Gurukula Bhaktivedanta ha estado educando estudiantes por 12 años, utilizando una currícula que incluye clases de la literatura hindú antigua, filosofía, sánscrito e instrumentos tradicionales del Sur, pero también se enseña lo estándar de Rusia. ”Nuestros maestros enseñan con el ejemplo. No todos ellos son Hare Krishna, pero ninguno fuma ni bebe, y ellos son vegetarianos”, dijo Jha, quien su nombre de iniciado es Sadhu Priya das. El cuerpo de estudiantes, desde preescolar hasta el grado 11, son alrededor de 70. ISKCON Moscú encuentra muchos de sus pupilos a través de sus programas de caridad y prédica. “Nosotros intentamos ayudar a los rusos que provienen de hogares humildes, de orfanatos, no solo materialmente, sino también ayudarlos a ser felices por el resto de sus vidas.” Dijo Jha. Las clases son dictadas en Ruso, Jha nos ha dicho que esto ha desalentado a muchos Sudasiáticos expatriados a inscribir a sus hijos. Excepto por dos hindúes los demás estudiantes son rusos. Pero no todos ellos son Hare Krishna. La directora de la escuela Irina Yakimechko, que se ha convertido en Hare Krishna luego de casarse con un devoto, dijo que algunos estudiantes son de otras ramas hindúes y otros son musulmanes u ortodoxos rusos. “La escuela ha sido comenzada por Hare Krishnas, pero cuando los vecinos y amigos vieron que tan bien les estaba yendo a los niños, también quisieron enrolar a sus hijos.” Ella dijo. “Nosotros tenemos chicos de diferentes creencias”. Nastya Shugina, una estudiante del 10° grado quien su familia es ortodoxa rusa, dijo que ella se siente confortable en el ambiente predominantemente Hare Krishna. “No hay problema”, dijo ella. “Todavía me estoy haciendo alguna idea sobre que creo. Estoy segura que la atmosfera acá es mucho mejor que en mi vieja escuela, donde los estudiantes fumaban y tomaban. Aquí hay buenas relaciones entre la gente.” Anna Pravdolubova de cuarto grado, que también viene de una familia ortodoxa rusa, dijo que la escuela tiene un buen ambiente espiritual. Sus compañeros asintieron en consentimiento. Balaram Korzun, un niño de segundo grado proveniente de un orfanato, dijo através de su diente faltante que la escuela le ofrece amistad. A lo largo de las aulas, pequeños grupos de estudiantes estudian debajo de brillantes posters de deidades hindúes, tapices tejidos, y arte hecho en casa. Yakimechko dijo que los altos estándares académicos más que la espiritualidad es lo que hace a la escuela inusual. Ella dijo que no es poco común que los niños de 11° grado califiquen con cuatros o cincos en los exámenes de ingreso de las preparatorias del estado. “Yo podría decir que nuestra instrucción en inglés es mucho mejor que en otras escuelas rusas, porque comenzamos con los niños antes que ellos, en el nivel preescolar”. Ella dijo: “Nosotros también incorporamos Tecnología de la Información antes, incorporándola seriamente en la currícula desde quinto grado". “y por supuesto, enfatizamos en la cultura hindú.” Ella dijo que la escuela no enseña creencias religiosas, sino comportamiento y filosofía. El Hare Krishna persigue obtener pureza de mente por medio de cuatro reglas: no hacer juegos de azar, no intoxicarse, no comer carne, ni huevo, ni pescados, y no tener sexo ilícito. Como religión evangélica (de predicadores), Hare Krishna fue introducido a la Unión Soviética por su fundador en 1971 y fue registrada como religión en rusia en 1991. Hay más de 100,000 practicantes en más de 20 ciudades rusas. El templo en Khorosyovskoye Shosse tiene más de 10,000 miembros, dijo Jha. Yakimechko dijo que los rusos están incrementando su religiosidad para darle con esto un sentido a sus vidas. “Rusia ha atravezado duros tiempos desde la destrucción de la ideología de estado, y yo creo que esto contribuye al aumento de la popularidad de la religión en general y a los Hare Krishna en lo particular”, dijo ella. La escuela, así como la religión Hare Krishna en Rusia, ha sido molestada por el gobierno en el pasado, pero ahora está disfrutando de una nueva era de libertad. Jha dijo que obtener la acreditación de el Ministerio de Educación fue extremadamente difícil, ya que el gobierno sospechaba de la poco común agenda de la escuela. Pero el Ministerio desde entonces ha arrendado un pequeño edificio verde y blanco y también provee un poco de dinero. El grueso del soporte para la escuela proviene de la caridad, en su mayoría de la comunidad Hindú en Moscú y de los Hare Krishna rusos. La matriculación no tiene costo, pero se alienta a los padres que donen si es que ellos pueden. Cuando Jha comenzó a trabajar en la escuela en 1998, era un desastre financiero. Jha pagó una deuda de $27,000, a pesar de la asistencia la escuela necesitaba todavía $3,000 para las expensas del mes y $9,000 para reparaciones y para nuevos equipos. “La escuela sobrevive de la caridad”, dijo Jha, “Las instalaciones no se encuentran al nivel en que deberían de estar. Pero estamos realizando un gran esfuerzo para conseguir nuevos fondos”. |