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Mensaje Número: 449 Registrado: 12-2002
| Enviado Lunes, 02 de Febrero de 2004 - 11:17 am: | |
Posted by: Madhava Prasada dd VARAHA LA ENCARNACIÓN DEL JABALÍ A Swayambhuva Manu le fue confiada la protección de todos los seres vivientes. Un día, él consultó a su padre, el Señor Brahma, para ayudar en una gran catástrofe. La Tierra se había caído de su posición natural en el Océano de Garbhodaka y necesitaba ser rescatada de inmediato. Viendo la Tierra sumergida en el agua, Brahma prestó su atención durante mucho tiempo en cómo poder alzarla. Él pensó que lo mejor sería ser guiado por el Omnipotente Señor. De repente, cuando él estaba pensando, una forma pequeña de jabalí salió de su orificio nasal. No era más grande que la misma punta de su dedo pulgar, y el jabalí empezó a crecer en el cielo hasta que se volviera del tamaño de un gran elefante. Mismo siendo el creador del universo como él es, Brahma no tenía ninguna experiencia de haber visto una criatura como esta salida de él. Rodeado por grandes sabios, Brahma empezó a reflexionar acerca de quién podría ser. De repente, el jabalí emitió un rugido en una rara voz que hizo eco en todas las direcciones. Cuando los sabios oyeron este rugido tumultuoso empezaron a cantar los Vedas, y el Señor Jabalí rugió de nuevo contestando a sus oraciones. El Señor Varaha voló en el cielo, mientras movía Su cola como un látigo, Su duros vellos temblando. Su mirada era luminosa, y Sus colmillos relucían tan blancos, Él entró en el agua. Levantando una gran ola, Él se sumergió en las profundidades, localizó la Tierra, y la alzó fácilmente con Sus colmillos. Se lo veía tan espléndido. Después, Él dio batalla a Hiranyaksha, un gran demonio que había estado causando el estrago, en su explotación a la Tierra. Cuando los devotos oyen esta historia, recuerdan a ese tipo de hombres ávidos que siempre son ignorantes del Señor Supremo y explotan a la Tierra para su propio beneficio y propio aprovechamiento de sus recursos para sus propios propósitos egoístas. Ellos no entienden a quien la Tierra realmente Le pertenece. Esta explotación interminable y sólo para acumular en el nombre del progreso, sirve para crear las catástrofes por no hacer caso al plan natural del Señor. Hay comida, agua, más que suficiente resguardo, telas, oro y energía natural disponible en la Tierra solo por el deseo misericordioso del Señor. Pero sólo si nosotros trabajamos entendiendo a quien todo Le pertenece, solo así el testamento de la Tierra continuará manteniéndonos. Los devotos intentan trabajar de esta manera, evitando complejidades innecesarias siempre que sea posible
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Mensaje Número: 954 Registrado: 12-2002
| Enviado Jueves, 09 de Febrero de 2006 - 07:55 pm: | |
Posted by Madhava Prasada EL SEÑOR VARAHA LA ENCARNACIÓN DEL JABALÍ A Swayambhuva Manu le fue confiada la protección de todos los seres vivientes. Un día, él consultó a su padre, el Señor Brahma, para ayudar en una gran catástrofe. La Tierra se había caído de su posición natural en el Océano de Garbhodaka y necesitaba ser rescatada de inmediato. Viendo la Tierra sumergida en el agua, Brahma prestó su atención durante mucho tiempo en cómo poder alzarla. Él pensó que lo mejor sería ser guiado por el Omnipotente Señor. De repente, cuando él estaba pensando, una forma pequeña de jabalí salió de su orificio nasal. No era más grande que la misma punta de su dedo pulgar, y el jabalí empezó a crecer en el cielo hasta que se volviera del tamaño de un gran elefante. Mismo siendo el creador del universo como él es, Brahma no tenía ninguna experiencia de haber visto una criatura como esta salida de él. Rodeado por grandes sabios, Brahma empezó a reflexionar acerca de quién podría ser. De repente, el jabalí emitió un rugido en una rara voz que hizo eco en todas las direcciones. Cuando los sabios oyeron este rugido tumultuoso empezaron a cantar los Vedas, y el Señor Jabalí rugió de nuevo contestando a sus oraciones. El Señor Varaha voló en el cielo, mientras movía Su cola como un látigo, Su duros vellos temblando. Su mirada era luminosa, y Sus colmillos relucían tan blancos, Él entró en el agua. Levantando una gran ola, Él se sumergió en las profundidades, localizó la Tierra, y la alzó fácilmente con Sus colmillos. Se lo veía tan espléndido. Después, Él dio batalla a Hiranyaksha, un gran demonio que había estado causando el estrago, en su explotación a la Tierra. Cuando los devotos oyen esta historia, recuerdan a ese tipo de hombres ávidos que siempre son ignorantes del Señor Supremo y explotan a la Tierra para su propio beneficio y propio aprovechamiento de sus recursos para sus propios propósitos egoístas. Ellos no entienden a quien la Tierra realmente Le pertenece. Esta explotación interminable y sólo para acumular en el nombre del progreso, sirve para crear las catástrofes por no hacer caso al plan natural del Señor. Hay comida, agua, más que suficiente resguardo, telas, oro y energía natural disponible en la Tierra solo por el deseo misericordioso del Señor. Pero sólo si nosotros trabajamos entendiendo a quien todo Le pertenece, solo así el testamento de la Tierra continuará manteniéndonos. Los devotos intentan trabajar de esta manera, evitando complejidades innecesarias siempre que sea posible. FIN |
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