Madhava Prasada (HDG)
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| Enviado Martes, 05 de Febrero de 2008 - 11:42 am: | |
Enviado por Bhakta Gustavo Medina Retiros de Japa Por Mahatma Dasa Lo admito, soy adicto. Pero no es mi culpa. Es verdad, soy inocente. Sencillamente fui invitado a ser co-facilitador de algunos retiros de japa y seminarios, e inocentemente acepté. Y ahora me volví adicto a los retiros de japa. Dejo cualquier cosa que esté planeando y voy al próximo retiro o seminario. No logro controlarme. Mi vida material está cayendo ante mis ojos, mis apegos están yéndose, estoy perdiendo el interés por los placeres materiales, y simplemente quiero cantar cada vez más. Mi adicción controla mi vida... Haber recibido la oportunidad de participar de tres retiros de japa y un seminario sobre japa este año, fue para mí la mayor bendición que podría haber recibido. Mi japa pasó por enormes transformaciones y está nutriendo mi conciencia de Krishna de forma nueva y profunda. Así, tengo muchas realizaciones de estos retiros y quisiera compartirlas con todos, de forma que esas realizaciones sean un incentivo para que cada lector pueda incrementar su japa. El Santo Nombre es la posesión más valiosa que tengo Sin el Santo Nombre, yo prácticamente no tendría vida espiritual, felicidad verdadera, intimidad con Krishna, paz mental, ni habilidad para controlar mis sentidos. Mi relación con Krishna, la relación más importante de mi vida, es revelada a través de Su Santo Nombre. Sin el Santo Nombre, estaría perdido, en medio de la miseria, espiritualmente débil y desamparado. Aún así, trato a esa tan valiosa relación como a una molestia, algo que me impide hacer algo “más importante” o “más deseable”. Lo que me ayuda en esas horas es recordar que me gusta cantar, que yo quiero cantar, que yo amo cantar (muy en el fondo). Pensar que tengo que cantar reafirma la idea de que cantar los adorables nombres de Krishna es algo que hago, pero preferiría no hacer. Cantar de cualquier forma se vuelve un hábito Luego de cantar japa de cualquier manera por un largo período de tiempo, cantar de cualquier forma se vuelve un hábito. Entonces comienzo a creer que, debido a las circunstancias, ese canto es lo mejor que puedo ofrecer. El canto negligente trae como resultado que el canto sea cada vez más negligente. Y una vez que el canto negligente produce poco o casi ningún néctar, o realizaciones, volverse consciente de Krishna se vuelve pura fantasía, dejando de ser algo real y posible. El canto, así, se vuelve sencillamente una cuestión de deber, y puede fácilmente volverse algo automático, sin corazón y robótico. El canto negligente refuerza la idea de que mi canto no puede y no quedará mucho mejor que eso. El problema es que yo creo en eso y estoy bien con eso. Cantando para pasar el tiempo Mi mente encuentra gran placer en pensar. Por eso tengo un problema mientras canto: mientras canto mi mente, buscando placer, quiere contemplar varios pensamientos interesantes en vez de oír el Santo Nombre. Eso suele ocurrir cuando estoy fastidioso por el canto. A veces es muy difícil oír el mantra porque mi mente dice, “Esto no es interesante. Piensa en algo interesante, como lo que vas a decir en la próxima clase, o cómo harás este o aquel proyecto de manera nueva y creativa”. Mi mente simplemente se resiste a oír mi canto porque ella está siempre buscando algo para especular, algo para hacer. Y cuando ella comienza a especular acerca de algún pensamiento interesante, aunque mis labios continúen moviéndose con el mantra, yo me desconecto del canto y vivo en el pequeño mundo fantasioso de mi mente. Noté que mi mente suele actuar así cuando estoy fastidioso y canto para “pasar el tiempo” y, de esa manera, mantenerme entretenido. Así, sólo concentrarse en el mantra y en nada más puede ser algo un tanto tortuoso para la mente. Rindiéndose por completo En la proporción en que me rindo al canto y me esfuerzo por ofrecer mi mejor canto, en esta proporción Krishna retribuye y bhakti madura en mi corazón. Como en el dicho popular, “Es dando que se recibe”. Todo lo que doy para la japa es todo lo que recibo a cambio. La devoción no puede ser reciprocada si no se expresa primero. Mi hija está aprendiendo a tocar el violín y para inspirarla observamos a una excepcional violinista de once años en el sitio You Tube. La pequeña de once años era tan buena que casi no lo podíamos creer. Mientras observaba incrédulo, pensé, “Si yo me dedicara a mi japa con la misma seriedad con que esta chica se dedica a su violín, yo ya estaría, ahora mismo, plenamente consciente de Krishna”. La verdad es que si yo doy apenas 50% de mi energía para la japa, entonces 50% irá para algún otro lugar. Si yo quiero cantar y oír los Santos Nombres de la forma apropiada, así como recoger los resultados que el Santo Nombre puede ofrecer, tengo que dar toda mi energía para la japa (tanto física como psíquica). Si yo realmente valoro mi relación con Krishna, haré esto. Y haciendo esto, Krishna verá cuán importante es para mí poder relacionarme con Él. No tengo tiempo para cantar La mayoría de nosotros, que tenemos hijos y familia para cuidar, somos desafiados diariamente a encontrar dos horas imperturbables para concentrarnos en nuestras rondas. La mayor parte de las actividades que nos impiden cantar son actividades que nosotros mismos elegimos hacer. Luego del segundo retiro, comencé a pensar que la razón por la cual tengo tantos quehaceres que me impiden cantar se debe al hecho de que cantar no me agrada lo suficiente. Es lo que Prabhupada llama “sobrecarga auto-creada”. Si estoy teniendo dificultad para terminar mis rondas por falta de tiempo, yo soy, en última instancia, aquel que escogió hacer todas las actividades que están impidiéndome cantar. Incluso cuando realmente no puedo evitar algún trabajo o responsabilidad, aún así, soy yo quien organiza todas esas actividades que dejan mi canto en segundo plano. La mente es como un ruidoso camión El otro día, mientras cantaba, pasó un camión tan barullento que ni siquiera podía oírme cantar. Después que se fue, pude volver a oír el sonido del mantra que estaba cantando. Cuando eso sucedió, inmediatamente pensé que aquel camión era como la mente. A veces la mente es tan ruidosa que no logro oírme cantar. La mente hace ruido en un volumen tan alto que es imposible oír el mantra. Cuando pienso en el control de la mente, pienso en bajar el volumen de su charlatanería. Una vez que su charlatanería pare, podré oír el maha-mantra. Cuando yo constantemente me empeño en bajar el volumen, la mente, eventualmente, comienza a oír pacíficamente el canto. El Acarya de la japa multitarea Muchas veces canto como un robot. Tal vez un día las cosas estén tan mal que tendremos robots de japa, y sólo colocaremos nuestras cuentas en sus manos y ellos cantarán una grabación de nuestra japa. Aunque la posibilidad de que eso suceda parezca muy remota, yo soy tal como un robot. Canté Hare Krishna durante tantos años que puedo cantar durmiendo, puedo cantar conduciendo, hasta incluso puedo cantar mientras leo. Puedo cantar mientras hago compras, converso, admiro el paisaje —usted dice cualquier cosa y yo la hago y canto simultáneamente. Yo soy el Acarya de la japa multitarea. Cantar es algo tan programado en mis células, que puedo cantar sin siquiera pensar en ello. Alguien tal vez piense “eso es bueno”, pero no lo es. Esto es horrible, porque yo canto sin estar consciente de que estoy cantando, qué decir de estar consciente de que me estoy asociando con Radha y Krishna. Es como si alguien hubiera inyectado Novocaína dentro de mi corazón y mi corazón se hubiera adormecido, de tal manera que yo no pueda sentir nada mientras canto. Srila Bhaktisiddhanta dice que el nombre de Krishna no ocurre en el fondo del labio, sino en lo profundo del corazón. Cantar es tedioso Cuando cometo ofensas contra el Santo Nombre, el canto se vuelve tedioso. Con esa conciencia, el canto es insípido, irritante y, sinceramente, desagradable, y es lo último que quiero hacer. Entonces, canto simplemente por una cuestión de deber, mientras mi mente está totalmente ajena al canto. Mi deseo es terminar mis rondas lo más rápido posible. Esto es para mí una señal de que mi vida espiritual está en baja. Cuando no hago algo para corregir eso, el canto negligente crea un efecto dominó de menos conciencia de Krishna en mi vida, que crea un cantar más negligente, que continúa produciendo una vida menos consciente de Krishna, que produce un canto aún más negligente. Y eso puede culminar en algo peor que un canto negligente. Eso puede conducir a no cantar. Hágase a sí mismo un regalo Prabhupada dijo que la más alta realización es salvarse a sí mismo. Yo negué con tanta frecuencia el canto atento que, a veces, siento que estoy muriendo de sed por el néctar de los Santos Nombres. En los días de 64 rondas (en el retiro, un día se reserva para 64 rondas y un voto de silencio), yo estaba finalmente permitiéndome el tiempo necesario para tomar el néctar que desde hace tanto necesitaba. Pero como estaba con mucha sed por años sin cantar apropiadamente, parecía no importar cuánto bebiera de los Santos Nombres que yo seguía con sed. Después de las 64 rondas, mi sed comenzó a ser satisfecha. 64 rondas de japa fue el regalo más maravilloso que jamás me concedí. Habitualmente debo, como mínimo, darme a mí mismo el regalo de cantar 16 rondas por día. ¿El Santo Nombre funciona? Sí, el Santo Nombre funciona. Bueno, permítame reestructurar esta frase: El Santo Nombre funciona si yo canto el Santo Nombre como el Santo Nombre debe ser cantado. Si yo no canto el Santo Nombre apropiadamente, entonces voy a comenzar a pensar que Él no es capaz de deshacer mis anarthas más profundos. Puesto que no estoy experimentando a Krishna mientras canto, pierdo mi fe en el valor y el poder del Santo Nombre. Ir al retiro y tener facilidades para cantar rondas de calidad fue algo excepcional para el incremento de mi fe. El Santo Nombre comenzó a actuar en mí de forma más profunda que nunca: de forma real, pujante, activa y dinámica, ya no como el usual mantra muerto que solía cantar. El mantra muerto estaba produciendo un Mahatma Dasa muerto. Pero el Maha-mantra es algo vivo, y cuando canto un mantra vivo yo cobro vida. La japa es sobre de una relación Aunque el canto reviva nuestra relación con Krishna, cantar también es nuestra relación con Krishna. Nosotros estamos con Radha y Krishna allí mismo cuando cantamos. Srila Bhaktisiddhanta hablaba de dar la bienvenida al Santo Nombre. Radha y Krishna vienen hasta mí cuando canto. ¿Percibo eso cuando canto? ¿Yo les doy la bienvenida y cuido de Ellos cuando vienen? ¿Los adoro cuando vienen? ¿O pienso: “¡Uhh, todavía faltan seis rondas!”? Si yo pienso así, simplemente tomo el canto como un proceso, un proceso que, la mayoría de las veces, espero que acabe para poder hacer cosas “más importantes”. Regando las hierbas dañinas de la japa El canto negligente puede producir miseria, culpa, infelicidad, frustración, tedio, falta de energía y diversas otras emociones y experiencias negativas. Cuando canto una mala japa, no me siento como si fuera un bienaventurado ser espiritual; me siento derrotado por no empeñarme. Quedo contrariado conmigo mismo por fallar en aproximarme a Krishna, y también me siento culpable por saber que mi guru espera más de mí y que yo puedo hacerlo mejor. Termino por comenzar mi día sintiéndome un fracasado. La misma cosa que puede hacerme feliz si es hecha correctamente, también tiene el potencial de hacer que me sienta pésimo si no es hecha apropiadamente. Por suerte, puedo aceptar esa miseria como una patada en el trasero que me impulsa a cantar mejores rondas. Primero vuélvase consciente, después vuélvase consciente de Krishna Es increíble cuantos malos hábitos en el canto de japa no confronto, aún sabiendo cuanto me lastiman esos malos hábitos. Ellos existen, yo puedo verlos destruyendo mi japa, y aún así los ignoro. De alguna forma, ellos tienen la propensión a camuflarse, como diciendo, “Estoy aquí, pero no te preocupes por mí”. Y yo creo en ellos y pienso, “Ok, no voy a confrontarlos”. ¿Por qué? ¿Tengo miedo de que sea muy difícil o que dé trabajo cambiar? Yo debo pensar que es menos doloroso cambiar que sufrir las consecuencias de una mala japa. Yo me vi obligado a tomar conciencia de esos malos hábitos, obligado a confrontarlos y lidiar con ellos durante el retiro. Esa fue una de las mejores cosas que he hecho en la vida. Si no hubiera pasado por esa experiencia, no sé por cuánto tiempo aquellos hábitos seguirían minando mi potencial de cantar una japa mejor. Lo que yo hago hoy, afecta mi canto mañana Lo que yo hago mientras no estoy cantando, afecta la calidad de mis rondas. Si yo acostumbro, por ejemplo, criticar a los devotos (o incluso a no-devotos), será más difícil cantar buenas rondas. Si mi mente pasa todo el día ocupada en actividades que no tienen ninguna relación con Krishna, mi deseo de cantar al día siguiente estará reducido. Sin embargo, si yo me esfuerzo por ser lo más consciente de Krishna posible durante el día, mi japa al día siguiente será más fácil y placentera. Las actividades que realizo hoy están directamente conectadas con la calidad de mi japa al día siguiente. Un devoto me contó una vez que, si él sale a la calle a distribuir el Maha-mantra a otras personas, su japa personal al día siguiente es siempre mejor. Todo lo que quiero Cuando tuve un día anterior muy consciente de Krishna, todo lo que quiero es cantar con mucha atención, sentir la presencia de Krishna mientras canto, beber el néctar de Su nombre, y ser siervo del Nombre. Bhaktivinoda Thakura dice que no existe nada más allá del Santo Nombre en todos los tres mundos. Krishna me reveló eso al permitirme observar la transformación de otros devotos (en el retiro) después de cantar apropiadamente. En la proporción que el canto de ellos era mejorado, sus deseos cambiaban. En la proporción en que probaban la dulzura de Krishna, ellos querían más y realizaban que eso era todo lo que realmente querían. Cuando Krishna se muestra misericordioso con nosotros y nos concede una gota del néctar que siempre ansiamos, realizamos cuántas cosas tenemos en nuestra vida que no nos dan ese néctar (amrta, inmortalidad) y cuántas cosas tenemos en nuestra vida que están, de hecho, dándonos la muerte. Conversa con tu Padre Una vez, leí en un libro que una mujer decía que las caminatas que ella hacía con su padre cuando era joven eran los momentos más valiosos de su vida, pues ella aprendía mucho durante esas caminatas. Yo tengo la misma realización acerca de la japa. Mi tiempo con el Santo Nombre es el momento más valioso de mi vida. El canto atento siempre me trae realizaciones, fuerza, determinación y gusto por el canto. Las dos horas al día que paso con el Santo Nombre es el momento más valioso de mi día, y desperdiciar esas dos horas con una mala japa es la mayor pérdida que se pueda tener. Si estropeo aquellas dos preciosas horas cantando negligentemente, lamentablemente, no puedo tener aquellas dos horas de vuelta. Perdí la oportunidad de estar con mi Padre aquella mañana y de recibir iluminación espiritual de Él. Krishna me encanta Cuando yo canto de forma apropiada y disfruto de la asociación con el nombre de Krishna, entonces la forma, palabras y pasatiempos de Krishna también se vuelven más atractivos para mí. En la noche del día de las 64 rondas, Dravida Prabhu recitó algunos poemas mientras se exhibían algunas diapositivas de Krishna. Aquellas fotos, muchas de las cuales yo ya había visto, estaban de alguna forma más atrayentes e interesantes para mí. Y los poemas, aunque los hubiera leído anteriormente, encantaron mi mente como nunca antes lo habían hecho. Mis sentidos se volvieron purificados y, así, todo lo relacionado con Krishna se volvió más atractivo. Y la maravillosa consecuencia de eso es que todo aquello no relacionado con Krishna se volvió menos atractivo para mí. Esto es inaceptable El canto negligente es inaceptable para mí. Yo, ahora, establecí un patrón más elevado y, cuando estoy por debajo de ese nivel inaceptable, un alerta rojo suena en mi mente. El canto negligente no me hará consciente de Krishna, entonces yo lo rechazo. La consecuencia del canto negligente es tan indeseable, que simplemente acordarme de las consecuencias me hace volver a cantar correctamente. Yo acepté la japa inaceptable muchas veces —pero eso ya no me resulta aceptable. Si eso es aceptable para mí, eso significa que estoy satisfecho con el canto negligente y no estoy preocupado por hacer nada para mejorar. Y si no estoy preocupado por mejorar mi japa, ciertamente ella no mejorará sola. Buenas rondas atraen más buenas rondas ¿Cómo sé que canté buenas rondas? Uno de los mejores indicadores, en mi opinión, es que si después de terminar mis rondas yo quiero continuar cantando, eso significa que probé algún gusto en el canto. Si yo me siento aliviado al quitar el saco de cuentas de mi mano después de la última ronda, eso indica que no canté apropiadamente. Un buen canto siempre produce el deseo de querer cantar más. Prabhupada dijo que dieciséis rondas es lo mínimo; que cantar constantemente es la meta. Ejercicio Ofrezca una oración al Santo Nombre describiendo su aspiración a servir mejor al Santo Nombre, a profundizar su relación con el Santo Nombre. A fin de ayudarlo con este ejercicio, sigue abajo una oración que escribí al final de uno de los retiros: Querido Santo Nombre, Por favor, permíteme probar el Néctar que traes contigo, permíteme experimentar plenamente Tu presencia, permíteme sentir placer y entusiasmo al encontrarme contigo. Por favor, permite que me sienta atraído por Ti, que siempre desee ardientemente Tu asociación, y que nunca me canse de pasar mi tiempo contigo. Y, por favor, revélame que no eres diferente de Tu forma, cualidades y pasatiempos —que estás plenamente presente en Tu nombre. Espero un día tener tanta atracción por Tu nombre como tengo hoy por cosas materiales. Y espero que, un glorioso día, esa atracción sea tan grande que otros quieran cantar y probar Tu nombre simplemente por estar en mi presencia. Y tengo, finalmente, dos últimos pedidos: Permíteme, por favor, sentir amor por el Señor mientras canto Tu nombre. Permite, por favor, que mi corazón se derrita (al menos una vez en mi vida) mientras canto Tu nombre. FIN |