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Tryadhis dasa (VBD)
Nombre de Usuario: Tryadhis
Mensaje Número: 38 Registrado: 02-2003
| Enviado Martes, 01 de Julio de 2003 - 07:46 am: | |
Al igual que el templo de Prabhupada en el número 26 de la Segunda Avenida de Nueva York, el templo de Sydey era un local de una sola habitación situado en una de las calles comerciales más importantes. En una placa a la entrada uno de los devotos había hecho una pintura de Radha y Krsna. Prabhupada entró en la habitación y la encontró vacía excepto por una sencillo altar de madera con unas deidades de Jaganntha y un vyasasana cubierto por una tela grande. Una vieja alfombra escondía el suelo. La neblina azul que se veía en la habitación era el humo procedente de la cocina que había en el piso de abajo donde un devoto quemaba comino frenéticamente para condimentar el almuerzo de Prabhupada. Prabhupada se dirigió muy serio a la puerta trasera y miró hacia fuera. Cuando vio la basura y los tablones apoyados sobre las paredes del edificio, dijo sombrío: "¿Qué es todo esto?". Alguien intentó dar una explicación, pero no resultó. Un devoto le llevó un vaso de leche. "Demasiado caliente," dijo, y el devoto se lo volvió a llevar. Prabhupada se sentó en el enorme vyasasana y contempló cada una de las caras de los quince devotos -más o menos- que se encontraban allí. Ninguno de ellos le habían visto antes y tan solo algunos habían sido iniciados (por carta). No estaban formados. La alfombra está sucia, dijo; tenían que cambiarla por otra. Y ¿por qué no había flores en el altar? Él había llevado las Deidades de Radha y Krsna, pero antes de que los devotos empezaran a adorarlas, todo debía estar limpio. Los devotos tenían que volverse brahmas antes de que pudieran adorar a Radha y Krsna. Prabhupada se dio cuenta de que aquellos devotos sabían muy poco sobre conciencia de Krsna. Los devotos que viajaron a Asutralia en un principio, Upendra y Balimardana, habían abierto el centro y se habían marchado, volviendo sólo ocasionalmente. Y así, habían dejado un templo solo en manos de devotos inexpertos. Puesto que ninguno de los devotos sabía cómo dar una conferencia, las clases diarias consistían en una lectura de La Bhagavad-gita tal como es, el único libro que tenían. Pero su fe inamovible en Prabhup€da compensaba su falta de formación. Le aceptaban como un devoto puro que estaba en contacto directo con Dios y aceptaban sus libros como la verdad y a Krsna como la Suprema Personalidad de Dios. Sin embargo desconocían muchos aspectos prácticos como cocinar, dar clases y adorar a las Deidades. Sabían que Prabhupada quería que cantaran Hare Krsna en público y que distribuyeran revistas del Back to Godhead a las gentes de Sydney, y así lo hacían cada día. A pesar de los frecuentes arrestos, ellos seguían con su sankirtana. Sinceridad tenían; lo que les faltaba era entrenamiento.
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Devoto
Nombre de Usuario: Devoto
Mensaje Número: 295 Registrado: 03-2003
| Enviado Jueves, 11 de Septiembre de 2003 - 10:08 pm: | |
Posted by: Kurma dasa, Date: September 02, 2003 7:53 AM Kurma: "Hemos recibido una circular enviada originalmente a Los Angeles de Prabhupada, alentándonos a mejorar nuestro estándar de adoración de la Deidad en nuestro templo. Prabhupada nos dio algunos detalles, y mencionó especialmente que deberíamos ofrecer "bhog" a Krishna cinco o seis veces al día. "bhog"? (Claro, nosotros lo pronunciábamos "bog"). Ninguno de nosotros teníamos idea de lo que era el "bog". ¿Era un vegetal, una variedad de dal, un dulce, o algún tipo de cosa rica? Alguno especuló que era algún tipo de arroz. Buscamos en todos los libros que pudimos encontrar de cocina hindú pero no descubrimos nada. Razonamos que el misma "debe ser importante, porque Krishna lo come seis veces al día." Le preguntamos a los visitantes hindúes que llegaban al templo, pero no hubo ningún resultado. No fue hasta meses después, hasta que llegó un devoto de la India y nos dijo: "Bhog? O, tu quieres decir bhoga! Esto significa comida que no ha sido ofrecida! Estábamos agradecidos que a pesar de nuestra ignorancia Radha Gopinatha estuviera recibiendo regularmente muchas ofrendas de bhoga cada día! (De "La Gran Aventura Trascendental")
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