Enviado Lunes, 17 de Enero de 2005 - 02:10 pm:

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¿Cuál es mi pecado? Se lamentaba una mujer de Sri Lanka, con los brazos levantados al cielo vagaba a través de su aldea, aturdida y destrozada por la pérdida de su hijo ¿cuál es mi pecado? Recuperándose del trauma provocado por el catastrófico maremoto, que repentinamente devoró un número increíble de seres humanos, mucha gente de fe cuestiona los motivos de un Dios que distribuye la muerte masivamente a gente aparentemente inocente. El dolor de los que perdieron un ser querido y el dolor de los que sufren por los hermanos desconocidos pareciera dar justificaciones filosóficas inapropiadas sobre la matanza de Dios. Hablar de karma, justicia cósmica o los caminos ocultos de Dios puede ofender más que consolar, agraviar más que aliviar, esto ahondaría más la herida.

¿Qué hace y dice un devoto de Krishna en un momento como éste?

Primero tengamos presente que el trauma, la pena y el alivio, todos vienen en etapas. Cuando la gente experimenta un terrible dolor físico o emocional todo su ser implora por ayuda. El dolor extremo es traumático, un trauma es “una experiencia extremadamente aflictiva que causa un severo golpe emocional y puede tener efectos psicológicos duraderos”.

El reciente desastre natural en el sur y sureste de Asia produjo un trauma en una fantástica y casi incomprensible escala, así que nuestra respuesta como sirvientes dedicados a Krishna y a todas las criaturas de Krishna debe ser de una indefectible sensibilidad a las diferentes etapas del dolor y la recuperación del trauma.

Así como la métrica es esencial en la narrativa o el drama, aun en el frecuentemente horrible drama de la vida el devoto sanador deberá practicar su arte con una hermosa armonía para que esta profunda sabiduría haga su entrada en el escenario con un buen efecto y no uno malo.

Después de todo el Señor Krishna mismo declara en el Bhagavad-gita que la austeridad en el hablar es decir la verdad que es benéfica y satisfactoria. Tarde o temprano uno tiene que hablar, el devoto sincero deberá tanto confortar como iluminar, la mejor comprensión de Dios y Su obra no todo el tiempo puede penetrar, más aún precediendo de una percepción echa añicos por un terrible trauma.

Pero un día, cuando el terrible dolor semejante a las aguas mortales se apacigüe y calme, la verdad de la Conciencia de Krishna debe aprenderse. La Conciencia de Krishna no es una horrible verdad que condena sin piedad a las víctimas por sus sufrimientos, más bien es un mensaje de esperanza, pues bajo la cubierta de nuestros cuerpos que sufren estamos nosotros que somos divinos y eternos y que para cada uno de nosotros los mas grandes problemas un día se desvaneceran ante la felicidad de nuestra segura redención por Krishna y ese verdadero fortalecimiento requiere que tomemos responsabilidad no solamente de nuestra alegría sino también de nuestra pena.

La Conciencia de Krishna es una sabiduría suprema que debe aplicarse con la apacible, firme y amorosa mano del devoto del Señor que ha asimilado profundamente la misma Conciencia de Krishna como ciencia espiritual y como arte humano.

Con mis mejores deseos
Hridayananda das Goswami

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